A la hora de realizar una reforma en casa, a todos se nos ponen los pelos de punta debido a los trastornos y problemas que todo ello acarrea, sin contar con que en muchas ocasiones será necesario irse de casa por las molestias de la propia obra, polvo, suciedad, horarios de trabajo, etc…
En primer lugar debemos tener claro qué es lo que realmente queremos o necesitamos hacer. En segundo lugar hay que tener en cuenta todo el papeleo necesario: licencias de obra, ocupaciones de vía pública, etc… Por otro lado hay que pedir presupuestos a empresas constructoras y hacer los comparativos necesarios… en fin, muchos trámites y a la vez mucho en juego.
Pero no todo es negativo, ni mucho menos. Al final vamos a conseguir lo que realmente queríamos: una reforma a nuestro gusto.
Todo el proceso que conlleva la realización de una obra es un proceso algo pesado que pone de los nervios a la mayoría de los mortales. Si quieres realizar una reforma en tu casa, no te preocupes, estamos aquí para ayudarte.
1ª Fase: Programa de necesidades
Debemos saber que es lo que queremos y el aspecto final que vamos a dar a nuestra vivienda. Para esto podemos consultar revistas especializadas, fijarnos en otras casas y coger detalles de todo lo que nos guste. Aparte del aspecto final, debemos considerar si es necesario cambiar ciertas instalaciones que podrían provocarnos problemas en un futuro.
2ª Fase: ¿Contrato a un técnico?
Dependiendo de la envergadura de la reforma que queramos realizar, nos podrá interesar contratar a un técnico o no. Para reformas de pequeña envergadura (pintar, colocación de tarimas y otros acabados…) no sería necesaria la figura de un técnico, pero aconsejamos contratar los trabajos con empresas de solvencia.
Para reformas de mayor envergadura como redistribución de tabiques, cambio de instalaciones, sustitución de ventanas y carpintería interior, etc… un técnico te puede ayudar a realizar el diseño final, aconsejarte sobre materiales y sobre todo a controlar que todo se realice de manera correcta, asegurando que tu idea es factible.
Si bien la figura del técnico no es obligatoria en la mayoría de las reformas, sí se hace aconsejable para evitar sorpresas finales, tanto en calidades como acabados que pueden hacer que suba el presupuesto inicial.
3ª Fase: Trámites
Los trámites burocráticos siempre nos espeluznan, pero no nos queda otra que pedir los permisos y licencias necesarios. A la licencia del Ayuntamiento, hay que añadir otras posibles tasas como pueden ser la colocación de contenedores de escombros, ocupación de vía pública, corte de calles… y fianzas como la de gestión de residuos. No hay que olvidarse de todo esto porque puede ser un incremento en el presupuesto final.
4ª Fase: Presupuestos
Llegados a este punto, tenemos que pedir presupuestos de todo lo que queremos hacer. Otra tarea a tener en cuenta si no estamos familiarizados con obras. En este aspecto, un técnico igualmente te puede ayudar realizando mediciones y unificando criterios con los que pedir precios y poder comparar ofertas antes de contratar. Aconsejamos contratar con empresas que nos den confianza y que tengan años de experiencia. De esta manera nos aseguraremos que ante algún problema que surja en un futuro, podamos reclamar y no nos encontremos con que la empresa ya no existe.
5ª Fase: Obras
Ya metidos en faena y una vez contratadas la/s empresas, debemos armarnos de paciencia. Las obras producen muchas molestias no sólo para ti, también para tus vecinos. En este aspecto poco se puede hacer, sólo hay que intentar llevarlo de la mejor manera posible y evitar conflictos. La recompensa vendrá cuando todo haya acabado y disfrutes de tu nuevo hogar.
6ª Fase: Disfrutar
Todo llega. El fin de las obras también. Una vez se haya acabado todo, es recomendable echar un vistazo a los acabados y a los remates en compañía del constructor y del técnico, en su caso. Cualquier desperfecto que apreciemos es importante ponerlo de manifiesto para que se arregle antes de que la constructora se vaya a otro sitio.
Ahora si, ya sólo te queda disfrutar de tu nuevo hogar. El proceso ha sido fácil cuando te han acompañado verdaderos profesionales y te darás cuenta que ha merecido la pena, nos dará tranquilidad sobre lo ejecutado y garantías de cara al futuro.
¡A disfrutar!